Miguel Caballero. Eterno Jefe.

Miguel Caballero 1

Miguel Caballero. Eterno Jefe.

 

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an pasado ya más de tres años desde que recogimos una charla con Miguel Caballero, team manager de La Sportiva Spain, en las páginas de Kissthemountain. Muchas cosas han cambiado desde entonces, pero él sigue siendo uno de los grandes nombres del panorama nacional y consiguiendo grandes resultados en cada temporada. En esta ocasión, la conversación se centra en la evolución de un deporte que poco a poco va abandonado la niñez y en el rendimiento del corredor cuando alcanza una edad que en otros deportes supondría su retirada. Gracias, Miguel.

 

Texto: Kissthemountain.

 

Kissthemountain: Hace ya casi cuatro años desde que mantuvimos aquella charla para el número #03 de Kissthemountain. ¡Cómo pasa el tiempo!

Miguel Caballero: Sí, me estaba acordando de eso. Creo que me pillaste de mudanza.

K: Así es. Me suena que estabas en un período de cambio. Miguel, llevas corriendo por montaña un montón de tiempo y me gustaría que en esta charla hablásemos de la evolución de este deporte de una manera general y de tu carrera deportiva en particular. ¿Sabes el primer recuerdo que tengo de ti? En Ultra Pirineu 2013, cuando todavía se llamaba Cavalls del Vent. Ese año corrí yo también. Ya tenías un gran recorrido a tus espaldas. De hecho, creo que participaste en Zegama en los años 2007, 2008 y 2009. Me gustaría que fueras tú quien nos hablara de tus primeros recuerdos en una carrera de montaña.

M: Aquel año en Ultra Pirineu fui cuarto. ¡Ya ha llovido! Mis inicios en las carreras de montaña fueron en las ya extintas Gore-Tex Series-Vertical Running. Era un formato que me gustaba mucho. Sería alrededor de 2007. El sábado hacían una cronoescalada y el domingo una skyrace. Todo alrededor de las pistas de esquí en período estival. Eran en Baqueira, Andorra, Cerler… Me quedaban bastante cercanas. Se pasaba un fin de semana muy completo. Eran pruebas puntuables y la final del circuito consistía en subir las escaleras de la torre de Collserola, en Barcelona. Tengo buenos recuerdos. Estaba empezando. Por ahí andaba Agustí [Roc] en pleno auge. También comenzaba Kilian a destacar y a pelearse con él. Jessed Hernández estaba fortísimo. Pere Aurell… Gente que en mis inicios me daba mucha envidia. Fue el momento en el que me enganché a este deporte.

K: Desde entonces has conseguido mucho en este mundo. Por citarte alguno de tus logros: subcampeón de España en 2011, campeón de Transalpine en 2011, subcampeón del mundo de Skymarathon en 2012, campeón de España en 2017 por la RFEA, y victorias y podios en prácticamente las carreras más prestigiosas a nivel nacional e internacional. Además eres responsable de los equipos de trail y esquí en La Sportiva. Nadie duda de tu experiencia. Así que vuelvo a esa Zegama en 2007 para que me digas qué ha cambiado desde entonces en este mundo… Sé que es complicada esta pregunta, pero quizás hablar de la evolución de esta carrera nos ayude a centrarnos.

 

 

M: Realmente, pienso que Zegama es una de las pocas carreras que se ha mantenido como en sus orígenes y ha sufrido poca evolución. La gente de allí la vive de la misma manera desde siempre y el prestigio es idéntico al de entonces. Así que Zegama creo que no es un buen ejemplo porque siempre ha estado arriba. Piensa que el número de participantes es más o menos el mismo por una cuestión de protección del entorno y que el recorrido tampoco ha cambiado. Si hablamos de manera general, podría decirte que en aquellos años de mis comienzos, antes de una salida estaba ya bastante claro el podio o incluso el vencedor, y ahora todo está mucho más abierto. Otro cambio evidente es en el número de practicantes. Antes ibas a una carrera de 100 personas y tenías la sensación de que habíamos corrido mucha gente. Hoy en día, hay mucha mayor participación en carreras prácticamente cada fin de semana. Te pongo el ejemplo del Trail Vielha-Molières en el que en su segunda edición, entre todas las distancias, se juntaron 1.000 participantes. Está claro que hay un boom que todavía no ha tocado techo en cuanto al número de practicantes. Sin embargo, y te lo entrecomillo ya que incluso ni me gusta esta palabra, parece que no se está profesionalizando mucho. Sí que es cierto de que la gente se está tomando muy en serio el tema de los entrenamientos. Son mucho más metódicos, y a prácticamente todos los niveles, muchos tienen un preparador. Ves a gente entrenando seis días a la semana. Antes lo hacían los diez primeros, y hoy en día casi todos. Se está viendo una evolución importante en este sentido.

K: Creo que también se avanza hacia la especialización. Sin necesidad de hablar de Kilian que es un caso excepcional, creo que hace muy poco tiempo, gente como Zaid o Merillas te ganaban igual un kilómetro vertical que un ultra. O tú mismo. Esto cambia también.

M: Sí, y es algo natural. En atletismo hace años, Emil Zátopek te ganaba el 5.000 y el maratón. Ahora eso es impensable. En el trail vamos por el mismo camino. Es también lo que te comentaba antes sobre la creciente dedicación. La gente busca el mejor resultado y para eso te tienes que especializar cada vez más. Se ve también en esquí de montaña. Ahora hay especialistas en sprint o en individual. Quitando alguno que lo hace bien todo, lo normal es especializarte en aquello que mejor rendimiento te da.

 

K: Imagino que leerías el artículo que hicimos en el número anterior de la batalla que se libró en la pasada MiM de Penyagolosa [Miguel consiguió una segunda plaza después de remontar varios puestos en los kilómetros finales]. Creo que todo de lo que me hablas deriva un poco en lo que se explicaba en este artículo. Me refiero a que la distancia entre los primeros clasificados se va reduciendo y que esto hace que si uno atraviesa por un mal momento en carrera, pierda cualquier opción de hacer un buen puesto como ocurriría en deportes más longevos como un maratón de asfalto. O lo que comentabas antes de que no se sepa a priori el podio.

M: Es que incluso para el mismo espectador es mucho más atractivo así. Este deporte todavía no da mucho dinero. Para eso es necesario el espectáculo, y lo ocurrido en Penyagolosa lo genera. Plantarte en una carrera de cinco horas y media y que hasta el final no se decidan el podio ni el vencedor es bueno para esta disciplina. Es lo mejor que podemos brindar los corredores al espectador que está siguiendo la carrera.

K: Sí, es lo que comentábamos en el artículo. Al fin y al cabo el espectáculo atrae más espectadores, y éstos a las  marcas y a otros agentes económicos. Estamos aún lejos, pero creo que están dándose pasos necesarios hacia la profesionalización del corredor de montaña. Es algo que probablemente tú ya no vivas, pero es que me parece injusto que en atletismo tradicional se manejen unas cantidades importantísimas, y que en el mundo del trail, sean tres los que pueden vivir de él, cuando los sacrificios que se hacen en entrenamientos son incluso mayores, al menos en términos de horas dedicadas. Que un maratoniano élite vaya a Boston con un fijo de 200.000 euros o incluso mucho más, y en cambio primeras figuras de las carreras de montaña no puedan vivir de esto, no me parece muy lógico.

M: ¿Sabes lo que pasa, Juanmi? Hace poco me llamó una revista que estaba haciendo un artículo sobre este tema. Me parece interesante enfocarlo justo al revés. Hablo de alertar a los más jóvenes. Me explico. Es muy bonito ver cómo vive Kilian, en su casa de Noruega y plenamente dedicado a la actividad en montaña… Y no quería ponerte el ejemplo de él, pero es que es el más claro…

 

K: Es que ni siquiera Luis Alberto Hernando, varias veces campeón del mundo, vive en exclusiva de esto sino que sigue siendo Guardia Civil.

M: A eso iba… Kilian es probablemente el único que se dedica profesionalmente a esto. Hoy en día, Jordi Gamito, Pau Capell, Núria Picas y otros se han cogido excedencias para apostar cien por cien por el deporte. Tendrán contratos con sus patrocinadores, pero no creo que con cifras suficientes para garantizar su futuro. Me parece loable que lo hagan, y no lo critico para nada. Lo único que me gustaría es poner en alerta a los jóvenes con esto de la profesionalización. Ellos no hacen más que ver lo que hacemos nosotros, y meterles en la cabeza que se van a poder dedicar a esto pasado mañana, algo que como dices yo no veré, es realmente peligroso. Los que más cobran ahora estarán entorno a los 15.000 euros al año, y eso desde luego no permite ahorrar mucho. Y luego te puede pasar como a Mireia Miró que lo ganaba absolutamente todo hasta su lesión de rodilla. ¿Y ahora…? No le preguntes a un chaval de 15 o 20 años porque no sabe ni quién es. Hay que tener mucho tiento con esto y no meterles a los jóvenes pájaros en la cabeza relativos a la profesionalización. Esto es un deporte muy joven, y si te lesionas no es como con los futbolistas que podrían vivir el resto de sus vidas con lo ahorrado, sino que al año siguiente no tienes ni esos 15.000 euros de los que te hablaba.

 

“Este deporte todavía no da mucho dinero. Para eso es necesario el espectáculo, y lo ocurrido en Penyagolosa lo genera. Plantarte en una carrera de cinco horas y media y que hasta el final no se decidan el podio ni el vencedor es bueno para esta disciplina. Es lo mejor que podemos brindar los corredores al espectador que está siguiendo la carrera”.

 

K: Claro, y además que ahora tienes ese dinero, pero cuando lleguen a los treinta de qué van a vivir. Porque tú con 36 sí que ganas aún carreras, pero si el dinero entra atraerá a corredores con unas condiciones fisiológicas excepcionales que harán que destacar en este mundo sea mucho más difícil. Y luego está la edad óptima para la competición. Imagino que si entra dinero, no estarán en el podio de una futura MiM gente nacida en el 82, 83 y 84, como ha sido el caso de este año contigo, Borja Fernández y Cristóbal Adell. Estamos hablando de corredores con 35 años. Yo me imagino que en el futuro será gente con apenas veinte los que ganarán pruebas de este tipo.

M: Sí, indudablemente.

K: Es que tu caso, en el que con 36 años sigues ganando carreras, creo que no se verá dentro de unos años. Porque es incuestionable que cada temporada das el campanazo en alguna prueba.

M: Cada vez menos [Risas]. Pero sí, algún buen resultado tengo cada año. Por eso no me he jubilado. Pero es incuestionable que mi rendimiento respecto a los punteros de ahora mismo está menguando. Es lógico. También por obligaciones familiares. Y estoy encantado de la vida con mis dos hijas. Al hilo de esto, siempre digo que prefiero que me ganen chicos más jóvenes que otros mayores que yo. Si fuese esto último sería señal de que se acaba. El relevo es normal. Yo también lo viví. Cuando en mis comienzos alguna vez quedaba por delante de Agustí Roc, me sentía en una nube. Lo digo con humildad, pero igual alguno de estos chavales piensa lo mismo cuando me ganan a mí. Es la evolución lógica. Tanto en la MiM como en muchas carreras ocurrirá que será gente cada vez más joven quien las gane, al hilo de lo que estábamos hablando. Y te pongo el ejemplo de Antonio Alcalde o Noel Burgos que acaban de vencer en el Cross de los Tres Refugios. Son muy jóvenes y con un potencial extraordinario y están ahora mismo muy adelante.

K: ¿Crees que dentro de unos años el podio de carreras importantes estará formado por gente de veintitantos en lugar de como en la pasada edición de la MiM que superabais todos los treinta y cinco?

M: Sí, está claro. También te digo que hay gente como Luis Alberto Hernando o Tòfol Castanyer que superan los 40 y que están en posiciones delanteras. Ganará gente más joven, pero se seguirán colando corredores con experiencia, sobre todo en carreras como ésta que es mucho de gestión mental y estratégica. Mira en Zegama el año pasado. Ganó Rémi Bonnet que tendrá 23 o 24.

K: Y volviendo a lo que hablábamos antes… Remi Bonnet tendrá su ayuda de Salomon y otras marcas, pero le será difícil vivir exclusivamente de este deporte. En cambio, un atleta de 5.000 o 10.000 de un nivel parecido al de Bonnet, sí que puede. Es muy injusto, cuando además, como te he comentado antes, seguramente las horas de entrenamiento de Rémi serán muy superiores a las de un atleta tradicional.

M: Más horas, seguro. Es que hay mucha conversación aquí. También podemos hablar del purista de la montaña que te diría que cuando entre el dinero, se empezará a ensuciar este deporte. Yo también lo podría llegar a pensar. Y con hechos. Ya ha habido positivos por EPO. Cuando haya dinero, apaga y vámonos.

“El relevo es normal. Yo también lo viví. Cuando en mis comienzos alguna vez quedaba por delante de Agustí Roc, me sentía en una nube. Lo digo con humildad, pero igual alguno de estos chavales piensa lo mismo cuando me ganan a mí. Es la evolución lógica. Tanto en la MiM como en muchas carreras ocurrirá que será gente cada vez más joven quien las gane”.

 

K: Y perderá algo muy bonito que es que gente sin muchas cualidades físicas pero que entrena fuerte pueda verse en las posiciones altas de determinadas carreras. Aunque no me guste, te pongo mi ejemplo. Yo tengo 1:17 en media maratón. Es un tiempo muy normalito e incluso mediocre, pero en épocas en las que he entrenado fuerte y motivado, he conseguido algún buen puesto en carreras de montaña no de primer nivel. Esto, dentro de unos años, para alguien con mis cualidades será impensable. Hemos vivido una época muy especial. Si entra el dinero, la profesionalización, todo cambiará.

M: Haciendo un análisis del pasado y proyectando al futuro, veo que este deporte está siguiendo una evolución que me gustaría compararla con la del triatlón. Hubo un boom muy grande y una evolución rápida. Creo que es lo que está pasando con las carreras de montaña, pero no veo una gran profesionalización a corto plazo, porque existe mucho conflicto e intereses opuestos entre diferentes organismos, tanto públicos como privados. Me explico. En el triatlón había una sola federación con un único circuito. El que lo ganaba, era el campeón. En el trail, ahora mismo, como todo el mundo quiere meter el hocico porque es un caramelito muy atractivo, diferentes federaciones, circuitos y marcas no se ponen de acuerdo y todo se complica. Cada año hay no sé cuántos campeones de España, o del mundo, o del circuito “que es mejor que el del mundo porque atrae a corredores de más nivel”. Si no hubiese este conflicto de intereses, podría haber una progresión más lógica y a un mayor ritmo. Ahora lo veo todo muy desorientado y perdido. Esta es mi visión.

K: Tendría que avanzarse hacia un modelo parecido al de la ATP en el tenis o a los de la Formula 1 o al de MotoGP. Vienen unos años clave y bonitos. Tendrá también que entrar bien la televisión porque hay muchas posibilidades con el uso de cámaras subjetivas, en avituallamientos, drones… Y si nos enganchamos a una etapa del Tour que son a veces aburridas hasta que llega el último puerto, pues por qué no va a ser atractiva una retrasmisión de una carrera como Zegama.

M: Como espectáculo, no hay ninguna duda. Hay mucho recorrido.

 

K: Cambio de tema, Miguel. ¿Cómo es tu nivel de entrenamiento hoy en día comparado con el de hace unos años? Ahora con tus hijas, imagino que tendrás menos tiempo. Estoy viendo a corredores de mi edad que entrenan mucho menos que antes y que todavía siguen arriba. Muchas veces pienso que se puede vivir del entrenamiento acumulado en el pasado, como que el cuerpo tiene memoria… ¿Me explico? ¿Crees que se puede vivir de esto o por el contrario, y me voy de nuevo a esta edición de Penyagolosa, sigues teniendo que darlo todo en los entrenamientos?

M: Creo que se juntan muchos aspectos. He estado muchos años, gracias a mi trabajo, con una dedicación prácticamente exclusiva al deporte. En la Guardia Civil siempre me han facilitado mucho mi carrera deportiva. Esa acumulación de horas, indudablemente, está ahí, y el cuerpo no la olvida. Mis entrenamientos en los últimos años han cambiado radicalmente. Antes era sólo entrenar y descansar, y poco más, y ahora tengo que compaginarlo con la familia. También estoy ahora en otro destino que me roba más tiempo.

K: Te concreto Miguel. ¿Lo has dado todo para entrenar la MiM?

M: He tirado de perrería y de todos los entrenamientos pasados. Yo soy un corredor muy impulsivo, pero hay días que me entra la lucidez y no me preguntes por qué. En Penyagolosa conseguí taparle la boca al demonio ése que tengo por ahí y funcionó bien. También es cierto que hay carreras que se me dan mejor. La MiM es una de ellas. Este año para nada llevaba una preparación específica para el resultado que me salió. Lo tengo que reconocer. Hablando el otro día con Luis Alberto, que él también anda con los críos, del pasado y del presente, también me decía que a veces llegar descansado a una carrera es clave. Antes quizás no llegabas así por el fanatismo de entrenar y entrenar. Y ahora, obligado totalmente por las circunstancias, te pones en la línea de salida más fresco. Ese día se juntó todo: la suerte y que la gestión de la táctica en función de mi estado de forma fue perfecta.

K: Nada de semanas de dos o tres días de calidad, doblajes y tirada larga el fin de semana, ¿no?

M: Ni mucho menos. Llevo ya muchos meses que no. Ese ritmo lo tengo planteado en el entrenamiento que me envía mi santo entrenador, pero hace ya tiempo que no lo puedo llevar a cabo. Un día no puedo entrenar porque se ha puesto una niña mala y me tengo que quedar en casa, este otro porque estoy reventado por una mala noche… En cambio, a veces se dan dos o tres días en los que la familia no me exige tanto, encima hace buen tiempo, y consigo sacar horas para juntar el voumen, la calidad, el doblaje y todo…

K: ¿Y el año pasado cuando hiciste tercero en Marató del Pirineu o ganaste Trail Vielha-Molières era igual?

M: El año pasado sólo tenía una hija  y podía entrenar un poco más, pero te reconozco que hoy en día tengo que tirar del volumen de base y del fondillo de todos los años, y acumular la calidad en cuatro o cinco días que tengo buenos para llegar en ese punto idóneo al día de la carrera. Pero eso… ¡Más tirando de canas que del trabajo hecho!

K: Es algo positivo que da la edad. Parece que en tu caso, y en el de otros, el teórico descenso por la edad se suple por la experiencia en todo y especialmente en la gestión psicológica de una carrera.

M: Y eso que te decía. Me gusta cuando gestiono voluntariamente una carrera y sale bien.

K: Lo que me contaste de la MiM hace unos días de que tu objetivo al principio era perder de vista a la cabeza de carrera cuanto antes…

M: Sí, porque sabía que se iba a salir muy rápido, me iba a calentar y no podría aguantar ese ritmo al faltarme entrenamiento. Mi única solución era la de guardar fuerzas en la primera parte para intentar apretar al final. No era lo mismo que cuando gané hace seis años.

K: Te voy a hacer una pregunta complicada, Miguel. Imagínate que pudieras entrenar a consciencia lo que quisieras sin limitaciones familiares y de trabajo. ¿Crees que podrías ganar o hacer podio en una carrera corta, explosiva y técnica como, por ejemplo, Skyrace Comapedrosa?

M: Pienso que sí, realmente. Lógicamente es una suposición muy grande porque tengo a mis hijas y además estoy muy contento con mi situación, pero como deportista es algo que te planteas. El “y si…” es muy habitual cuando te sale una mala carrera. Pero tengo clara la respuesta porque cuando empecé en esto, no pensaba que fuera a progresar demasiado. Valoro mucho mi progresión que me ha llevado más lejos de lo que pensaba. Sí que pienso, y además lo he visto, que con buen entrenamiento puedo conseguir muchas cosas. Mira el ejemplo de Ragna Debats que está ahora mismo en lo más alto y no tiene 20 años precisamente. Ella tiene nutricionista, preparador físico, psicólogo… Todo un equipo por detrás. Es un ejemplo claro de que independientemente de la edad, se puede estar ahí. Otro ejemplo es el de Luis Alberto Hernando. En su caso se debe al grandísimo potencial que tiene y a que entrena muchísimo. Pero bueno, su caso es como el de Kilian, que son súper clases. Creo que el ejemplo que te he puesto de Ragna es más claro. A base de trabajo, esfuerzo y sacrificio, llega donde quiere… Estoy convencido de que si mi vida no fuera como es y me lo propusiera, lo conseguiría.

K: Ahora que me hablas de Luis, recuerdo el año pasado verle perseguir en Penyagolosa a Zach Miller y era un espectáculo. Potencia máxima y una respiración tan fuerte que asustaba. ¡Un animal! Me pongo en el lugar de Zach Miller y… ¡O las imágenes en el vertical de Transvulcania!

M: Es una bestia, uno de mis ídolos. No me escondo y te digo que para mí es una fuente de inspiración. Es uno de los grandes a base de trabajo.

K: Es muy significativo su caso y el tuyo propio. Hace cuatro o cinco años competíais casi cada fin de semana, y ahora seleccionáis mucho más las carreras y los objetivos del año.

M: Es lo que te decía… La dedicación de todo el mundo te exige ser más selectivo y elegir bien las citas claves del año. Ha habido veranos en los que prácticamente cada fin de semana era de competición. No había obligaciones familiares. Pero creo que tanto para el cuerpo como para el rendimiento no es lo más aconsejable.

 

“Haciendo un análisis del pasado y proyectando al futuro, veo que este deporte está siguiendo una evolución que me gustaría compararla con la del triatlón. Hubo un boom muy grande y una evolución rápida. Creo que es lo que está pasando con las carreras de montaña, pero no veo una gran profesionalización a corto plazo, porque existe mucho conflicto e intereses opuestos entre diferentes organismos, tanto públicos como privados”.

 

K: Miguel, para terminar. No tengo clara ahora mismo la estructura que tenéis en La Sportiva. Sigues siendo el team manager tanto en esquí como en carreras de montaña, ¿no?

M: La figura tanto de Pere Rullán como la mía es la de Team Manager. Yo del equipo sénior y él del júnior. Somos el enlace entre los corredores y La Sportiva-Snow Factory. Hemos dividido los dos equipos. Cuando se le empieza a dar fuerza al equipo júnior, se vio necesaria la figura de Pere Rullán porque yo no podía con todo. En el primer momento fue Dani Tristany y ahora es Pere. Lo está haciendo excepcionalmente bien.

K: Desde fuera da la impresión de que en La Sportiva apostáis muchísimo por los júnior desde hace al menos un par de años.

M: Sí, fue el planteamiento que se hizo y hacia él se han ido dando los pasos. La idea no es extinguir el sénior, pero sí ir preparando ese relevo generacional con garantías para el momento en el que los demás nos vayamos jubilando.

K: Es estrategia, no algo que haya surgido al encontraros con Nico Molina, Irati Zubizarreta, Isaac Barti o Arnau Cases.

M: Sí, fue un planteamiento claro y muy pensado. Si te das cuenta, a medida que ha ido habiendo bajas, como la última de Maite Maiora, no se nos ha ido la piel en buscar una sustituta sino que buscamos en el júnior. Además Maite es insustituible. Ahí está ahora Fátima de Diego y dentro de poco estará Irati Zubizarreta que lo harán excepcionalmente bien sin necesidad de comparar.

K: Y entre ellas se hacen mejores… Pienso ahora en todos los piques sanos de Nico Y Arnau donde se alternaban los campeonatos y subcampeonatos tanto a nivel nacional como mundial.

M: Sí, totalmente. Esa rivalidad es buenísima.

K: ¿Hasta dónde puede llegar Nico? Creo que está haciendo las cosas muy bien y además con una cabeza muy bien amueblada.

M: Cuando le vi, antes incluso de por su potencial atlético, me sorprendió su cabeza tan bien puesta. En eso se parece mucho a Arnau. No sé hasta dónde llegará físicamente, pero sólo por la cabeza tiene bastante ganado. Y lo está demostrando sobradamente. Estoy seguro además que muy bien asesorado por Iván Ortiz. Se le ve muy centrado y con los objetivos muy claros. Debe estar muy satisfecho por el ritmo con el que está consiguiendo las cosas.

K: Y con mucha humildad y gestionando bien éxitos y fracasos.

M: Apostaría por él para conseguir muchas cosas.

K: ¿Cómo quieres que se te recuerde dentro de x años?

M: Me lo he planteado alguna vez en esos momentos egocéntricos que tenemos todos. Pienso que se me verá como a un corredor que hizo muy buenas carreras, aunque irregular en resultados. He alternado carreras muy buenas, con otras malas, aunque siempre las he terminado.

K: ¿Te digo cómo creo yo? Como un corredor que cada año tenía algún resultado espectacular y como un hombre franquicia de La Sportiva. Igual que no se puede imaginar a Guardiola con una camiseta distinta a la del Barça, tampoco a ti vistiendo la de otro equipo. Te veo vinculado a La Sportiva de por vida.

M: Eso espero. Acabamos de volver del meeting con la marca en Italia y el trato por las dos partes ha sido el mismo que  cuando hace ya muchos años me dieron un par de zapatillas en el campeonato de Europa en Canazei. Ellos tratándome excepcionalmente bien y yo con la misma ilusión.

 

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